jueves, 29 de mayo de 2014

Para levantar el embargo

Para levantar el embargo

MIÉRCOLES, 28 DE MAYO DE 2014 09:58 ESCRITO POR LUIS CINO ÁLVAREZ



Cuba actualidad, Arroyo Naranjo, La Habana, (PD) Se presiente: al

embargo le queda poco. Parece que va a terminar primero que la dictadura

que lo originó, que contra todos los pronósticos, ha sobrevivido, aun a

costa de llegar a una situación tan sumamente calamitosa como la actual.



En más de medio siglo, el embargo no ha conseguido su objetivo. No

habría nada que objetar a su levantamiento, sino fuera por los motivos

que se alegan para hacerlo, sin exigir nada a cambio.



Una carta abierta enviada al presidente Barack Obama, firmada por más de

40 ex-funcionarios, empresarios e intelectuales, pide ampliar los

cambios en la política norteamericana hacia Cuba, supuestamente para

fortalecer y hacer más autónoma a la sociedad civil, que según esa

visión, sería la que provocaría una gradual transición a la democracia.



Habría que empezar por definir a qué sociedad civil se refieren los

autores de la carta. ¿A las llamadas organizaciones de masas que el

régimen pretende hacer pasar como ONGs? ¿A los pastores domesticados del

Consejo de Iglesias y los santurrones católicos para-eclesiales que

preparan absoluciones y palios para los jerarcas del régimen a costa de

que les permitan una revista y les concedan unos minutos, un par de

veces al año, por el canal de menos rating de la TV, a la misma hora que

la telenovela brasileña? ¿A la "oposición leal" –¡vaya este casi que

oxímoron!- que montará el régimen cuando le convenga simular una

apertura? ¿A la comparsa de camaleones que posan de contestatarios y

ahora mismo se encarga de copar, dividir y anular a la disidencia y la

verdadera sociedad civil y le roba espacio en los foros internacionales

y la blogósfera?



Si al final cada dólar que entra en Cuba va a parar a las arcas del

régimen, ¿de qué forma los cambios cosméticos implementados para lograr

la sobrevida del castrismo y el aterrizaje suave en un escenario

post-totalitario a su conveniencia, que para nada contempla la

democratización, podrían apoyar a la sociedad civil y "ayudar a los

cubanos a determinar su propio futuro"?



Nadie medianamente inteligente creerá que "la actividad económica

independiente", como llaman en la carta a los paladares, las vendutas y

los timbiriches, totalmente regulados por el Estado, por muchos dólares

que reciban sus propietarios de sus parientes en el exterior,

contribuirán a las libertades políticas. Todo lo contrario: servirá para

reforzar la mentalidad de parásitos y mantenidos, para hacerlos más

apáticos, egoístas, cínicos, y vulnerables al chantaje oficial, amén de

contribuir a llenar los bolsillos de inspectores, policías, chivatos y

otros estafadores y corruptos.



Ampliar los permisos de viaje a las organizaciones no gubernamentales y

las instituciones académicas, como propone la carta, sin que haya una

verdadera reciprocidad, es conceder ventaja y banderín abierto a los

intelectuales orgánicos de la dictadura para que al son de los

reguetoneros y timberos que son apolíticos para lo que le conviene,

hagan su labor de agit-prop en Miami y Washington y complementen la zapa

que hacen en la academia norteamericana los agentes de influencia del

régimen, al estilo de López Levy.



Evidentemente, salvo algunos despistados habituales y algún que otro

patidifuso liberal con cargos de conciencia históricos por el mero hecho

de ser yanqui, una buena parte de los firmantes de la carta tienen la

vista puesta en el dinero: en el que ganarían ellos y en el que entraría

en las arcas de la dictadura, justo en el momento en que más lo necesita.



Al menos, es lo que sucede con personajes como Carlos Saladrigas y Alfy

Fanjul, que de furibundos anticastristas han pasado a ser apasionados

promotores del levantamiento del embargo y la reconciliación nacional.



No nos dejemos engañar: personajes como ellos solo quieren hacer

negocios en Cuba y llenarse los bolsillos a costa de la miseria y la

falta de libertades y derechos de sus compatriotas.



La creciente algarabía del Cuba Study Group, Cuban Americans for

Engagement y Cuba Now, muestra la prisa de estos fulanos, maestros del

chantaje emocional, por ir a nadar en las aguas revueltas del

post-castrismo, que ni se arregla ni se acaba, pero tampoco se reforma y

menos se arrepiente. ¿Por qué habría de hacerlo con tantos cómplices y

alcahuetas de última hora como tiene?



La antinacional Ley de Inversión Extranjera y otras artimañas para

lograr la sobrevida del castrismo no pueden conducir a que un puñado de

tontos útiles e inescrupulosos empresarios retarden por varias décadas

más -¿hasta 2030 como planea el régimen, a juzgar por sus planes de

desarrollo?- la libertad de Cuba.



Las más recientes estrategias económicas del régimen cubano- la ley de

Inversión Extranjera, la Zona de Desarrollo del Mariel- han sido

adoptadas con los negocios con los Estados Unidos en mente. Sin ellos,

no tendrían sentido.



El embargo norteamericano, más que perjudicar al régimen castrista, le

sirve como justificación para sus desastres, la represión y las

violaciones de los derechos humanos. Pero ahora es el peor momento para

que Estados Unidos lo levante y restablezca las relaciones con Cuba,

inversiones y negocios incluidos, sin exigirle al régimen reformas

políticas y dar pasos reales hacia la democratización. Sería regalarle a

la dictadura, que no ha dejado de serlo, por mucho que se maquille, una

victoria propagandística, la mayor que haya logrado, aunque luego de

conseguirla, poco pueda hacer con ella, más allá de ganar tiempo...y

dólares.



luicino2012@gmail.com



Source: Para levantar el embargo | Cuba noticias actualidad.Periodismo

independiente. -

http://www.primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/10741-para-levantar-el-embargo.html

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