Posted on Fri, Jun. 02, 2006
Ex analista de la CIA expresa opiniones controvertidas sobre el futuro
de Cuba
OSCAR CORRAL
The Miami Herald
Los secretos que llegaron al escritorio de Brian Latell en la CIA venían
de todas partes: fotos de satélites espías, informes de infiltrados en
el gobierno de Cuba, comunicaciones interceptadas, entrevistas de
agentes estadounidenses a espías cubanos que procuraban asilo.
Los analistas calibraban toda esa información, le asignaban niveles de
importancia a cada cosa, y la remitían a los más altos niveles de mando,
donde importantes funcionarios tales como el secretario de Estado o el
Presidente la fueron utilizando durante décadas para formular la
política hacia Cuba y tratar de entender al gobernante cubano Fidel Castro.
Hoy, ocho años después de haberse retirado de su puesto de máximo
oficial de inteligencia a cargo de Cuba y Latinoamérica, Latell está
usando su capacidad de análisis para descifrar otro lugar complicado: Miami.
Ahora en lugar de mantener silencio en público en cuanto a lo que sabe
sobre Cuba, está ayudando a moldear la opinión pública sobre el futuro
de la isla comunista. En ves de escrutar montones de informes secretos,
Latell está dando conferencias para el Instituto de Estudios Cubanos y
Cubanoamericanos de la Universidad de Miami.
Sólo cinco meses después de haber comenzado su nuevo trabajo, Latell ya
ha ejercido impacto en esta ciudad en su larga historia de tramas
frenéticas de la CIA, asesorando a funcionarios locales, estatales y
nacionales sobre lo que debe esperarse cuando muera Castro.
Recientemente firmó un contrato con la NBC para fungir como experto en
las futuras transmisiones desde una Cuba poscastrista.
Y a principios de mayo se reunió con representantes de SouthCom, el
Comando Sur de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos con base en Miami,
que se está preparando para una así llamada ''solución biológica'', o
sea, lo que al octogenario Castro tendrá que ocurrirle algún día.
''Creo que el momento en que se corra la noticia de que Castro ha
muerto, en el sur de la Florida estallará una celebración, y yo voy a
ser parte de ella'', dice Latell. ``Después, muchos nos despertaremos a
la mañana siguiente preguntándonos qué estará pasando allí''.
Latell incomodó a muchos en Miami y en Washington a fines del año pasado
con la publicación de su libro After Fidel: The Inside Story of Castro's
Regime and Cuba's Next Leader (Después de Fidel: La Historia Intima del
Régimen de Castro y el Próximo Líder de Cuba).
En ese libro, Latell concluye que Raúl Castro será el sucesor de su
hermano Fidel, y que Raúl va a ser más receptivo a efectuar reformas en
el sistema cubano que lo que ha sido su hermano mayor.
Latell basa sus pronósticos en los años en que fue el analista más
importante de asuntos de Cuba en la CIA, donde estuvo más de dos
décadas, y en extensas entrevistas que tuvo con miembros de la familia y
amistades de Castro, además de desertores cubanos de alto nivel.
Nuevamente irritó a algunos exiliados cubanos de línea dura en febrero
cuando él, el director de instituto de la UM Jaime Suchlicki y otros
simularon las que pudieran ser las horas posteriores a la muerte de
Fidel Castro. Latell hizo el papel de Raúl Castro.
El representante Lincoln Díaz-Balart criticó el programa cubano de la
universidad, que ha recibido millones en donaciones federales, por
concentrarse en el sucesor de Fidel Castro en vez de buscar formas de
presionar cambios en el actual gobierno.
''Ejercicios como éste son ``justificaciones académicas'' para la falta
de presión para una transición democrática tras la muerte del
dictador'', dijo Díaz-Balart.
Latell está casi seguro de que Raúl Castro y un grupo de generales va a
encabezar el gobierno a la muerte de Fidel Castro porque el poder se ha
consolidado en los militares. Estima que dirigentes no militares, como
el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular Ricardo Alarcón
y el vicepresidente Carlos Lage - individualmente o aliados - no podrán
desafiar el respaldo militar a Raúl. Con todo, Latell dijo no querer
predecir cuanto pudiera durar la sucesión de Raúl Castro.
''Tiene serias deficiencias como dirigente, como un serio problema con
el alcohol desde que era un adolescente'', dijo Latell. ``Pero creo que
Raúl va a ser más flexible. Es menos intransigente, menos dogmático que
Fidel. Creo que también hay una buena posibilidad de que quiera mejores
relaciones con los Estados Unidos''.
En su libro, Latell escribe que Raúl Castro no está motivado por una
ególatra ''búsqueda de fama y gloria'' como su hermano.
''Se preocupa más por las dificultades económicas que sufre el pueblo
cubano y ha sido el más influyente defensor de reformas y medidas de
liberalización. Probablemente sea más flexible y compasivo en el
poder'', escribió Latell.
Eso es veneno en algunos círculos de Miami. Muchos exiliados creen que
Estados Unidos nunca debe negociar con Raúl Castro porque dicen que,
como segundo hombre en Cuba, es tan culpable de los abusos de derechos
humanos como su hermano.
Ninoska Pérez-Castellón, una influyente comentarista de Radio Mambí
(WAQI-AM 710) y miembro de la junta del Consejo de la Libertad Cubana,
piensa que el análisis de Latell es erróneo y está mal orientado.
''No estoy de acuerdo con todas esas cualidades que le atribuye a
Raúl'', dijo. ``No sé como piensa vender esta tesis que tras 47 años de
sanciones contra Fidel Castro, podamos considerar el negociar con su
hermano. El momento en que Fidel muera es el momento en que va a haber
un vacío de poder en Cuba''.
Latell sabe que algunas de sus teorías no son aceptadas en segmentos de
la comunidad de exiliados. Pero no es simpatizante de Castro. Habla del
alma ''sucia'' de Fidel Castro y las atrocidades que ha cometido contra
el pueblo cubano.
Señaló que Fidel y Raúl hoy están teniendo desacuerdos ``muy fuertes''.
''Creo que Raúl está realmente insatisfecho con el estado de la
revolución y la intransigencia de Fidel. Le gustaría darle a la gente
más pan y menos circo'', dijo Latell. ``Me parece que Raúl está
fuertemente influido por el modelo de China''.
No obstante, Latell reconoce que las agencias cubanas de inteligencia
están entre las mejores del mundo y cree que los agentes cubanos están
bien infiltrados en Washington y Miami.
Suchlicki, quien lo conoce desde hace 25 años, invitó a Latell a
trabajar para el instituto de UM pero no siempre está de acuerdo con él.
http://www.miami.com/mld/elnuevo/14719805.htm
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