El economista independiente Oscar Espinosa "Chepe" considera que en la
isla no existe una verdadera organización obrera, y que los trabajadores
han sido históricamente marginados de todas las decisiones fundamentales
martinoticias.com 19 de febrero de 2012
La Contralora General de Cuba, Gladys Bejerano, declaró el domingo al
diario Juventud Rebelde que el control de los trabajadores en cada
empresa estatal o de la gente en la comunidad, es imprescindible para
terminar con la corrupción en la isla.
El economista independiente, Oscar Espinosa "Chepe", dijo desde La
Habana a Radio Martí, que en la isla no existe un sistema que facilite a
los trabajadores luchar contra la corrupción.
"Es un llamamiento que realmente no tiene fundamento (…) pudiera tener
fundamento si en Cuba hubiera una democracia, hubiera un debate, si
hubiera una verdadera organización obrera, que no existe, entonces sí",
señaló "Chepe".
Agregó que "el hecho es que a los trabajadores no se les da la
información requerida. Las estadísticas cubanas están signadas por el
secretismo (…) En Cuba, se sabe que la CTC no es más que una correa de
transmisión de las directivas del Partido Comunista de Cuba, y no veo
como en esas condiciones pueden los trabajadores cubanos colaborar
cuando históricamente han sido marginados de todas las decisiones e
ignorados con el ocultamiento de la información". (Audio)
La agencia AFP dice que en Cuba cerca del 90% de la economía es estatal
y existe un extendido mercado negro que se nutre de robos de esas
empresas fundamentalmente. También en los últimos meses se han detectado
delitos de "cuello blanco" entre funcionarios del Estado.
El control popular "es imprescindible, y no es popular para darse baños
de popularidad", afirmó la contralora Bejerano, pues "tiene que ser una
participación real, no formal".
"Si alguien vende es porque alguien compra. Y no decimos nada. La
responsabilidad del mercado negro no es del pueblo, es de quien tiene el
producto y no lo administra, pero el enfrentamiento tiene que ser entre
todos", precisó.
El gobierno de Raúl Castro "realiza una cruzada contra la corrupción" y
para ello en agosto de 2009 creó la Contraloría General, nombró a
Bejerano al frente de la institución, y la designó además vicepresidente
del Consejo de Estado.
En enero, Castro dijo que había varios casos de corrupción en
investigación, y que serían informados a la población una vez concluidas
las pesquisas.
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