martes, 1 de abril de 2014

Balance del consejo de ministros del pasado 28 de marzo

Balance del consejo de ministros del pasado 28 de marzo

[01-04-2014 11:46:59]

Elías Amor

Economista



(www.miscelaneasdecuba.net).- Ellos dicen que son "importantes temas

vinculados a la actualización del modelo económico cubano", pero

sinceramente tengo mis dudas que lo crean realmente así. Me refiero a la

panoplia de asuntos que se abordaron el pasado viernes durante la

reunión del consejo de ministros presidida por Raúl Castro, y de la que

se ofrece alguna información en Granma.

Como primer aspecto de la jornada, se volvió por enésima vez a debatir

el tema escabroso de las relaciones del Consejo de Ministros y los

Organismos de la Administración Central del Estado (OACE) (lo que se

podría calificar como el poder político), con las Organizaciones

Superiores de Dirección Empresarial (OSDE) (que entrañan el poder

económico). No me extraña que este sea un asunto complicado. El régimen

totalitario, que concentra todo el poder en unas pocas manos, no quiere

dispersión del mismo. Al parecer el "perfeccionamiento" institucional

establece que los OACE tan solo puedan ejecutar funciones estatales, en

tanto que las OSDE serán responsables de las funciones empresariales,

aunque su dependencia y creación responda a decisiones políticas. Lo

dicho, una de cal y otra de arena. La integración de lo político,

económico y público sigue siendo un pesado lastre que impide a la

economía castrista prosperar y que refleja el intenso debate y las

notables contradicciones que existen en amplios sectores de la

dirigencia del país. En lo único que están de acuerdo, y tal vez sea el

punto más controvertido, es en la exigencia de "orden y disciplina", que

es el auténtico origen del desastre acumulado durante 55 años.



No veo pues fácil solución al problema, porque la ideología sigue

situándose por delante de las decisiones económicas. La solución a la

que han llegado es que los principios que regulan las OACE con los

organismos superiores de dirección empresariales se apliquen "de forma

sostenida y gradual en estrecha vinculación con el perfeccionamiento

funcional de los organismos y del sistema empresarial propiedad de todo

el pueblo". Dicho en otro modo, mejor es no hacer nada y parar que

meterse en aguas procelosas.



Un segundo tema que se abordó por el consejo de ministros ha sido la

propuesta de política para la elaboración de la Ley de funciones y

servicios policiales, en correspondencia con el Lineamiento 140 aprobado

por el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba que tiene como

finalidad garantizar la tranquilidad ciudadana.



Un estado policial, en el que la obsesión por el control totalitario, la

vigilancia y la delación han sido la nota más característica a lo largo

de su existencia desde 1959, que haga una apuesta por lo que denominan "

la institucionalización de las funciones y los servicios policiales"

parece burlarse ante el resto del mundo, sin otorgar prioridad a lo que

es realmente fundamental, y es que los cubanos puedan comer diariamente

sin padecer la espada de Damocles del racionamiento.



Para el régimen de los Castro, parece que es mucho más importante

"disponer de una Ley para garantizar el orden público, la defensa y la

protección de los derechos ciudadanos, en cooperación con los órganos y

organismos estatales, entidades económicas, instituciones sociales y los

ciudadanos; así como fortalecer la autoridad, la protección y el

respaldo legal de las fuerzas". Como si no se hubieran empleado a fondo

en ello durante más de medio siglo.



Por mucho que ahora digan que la actuación policial viene referida "al

respeto a la Constitución y las leyes, el trato profesional, ético y

humano, la actuación bajo identificación previa, así como la celeridad y

racionalidad en el trabajo", la existencia de márgenes de

discrecionalidad en la aplicación de las normas, la existencia de los

grupos de respuesta que acosan a los disidentes en sus domicilios, o el

mantenimiento de la represión policial y de la seguridad del estado

contra aquellos que se atreven a reivindicar los principios

fundamentales de respeto a los derechos humanos y la democracia liberal,

ensucian cualquier anuncio en este ámbito de la política policial. La

impresión es que el régimen se está preparando de manera concienzuda

para cualquier estallido social que ponga fin a la experiencia más

traumática de la historia de la Isla.



Un tercer aspecto del consejo de ministros afectó a las competencias de

la inefable, Lina Pedraza Rodríguez, ministra de Finanzas y Precios.

Como si los "precios" fueran objeto de la actividad ministerial, y a la

que sugiero un cambio rápido del nombre de su departamento, porque

provoca cierta risa. Pedraza volvió a realizar el mismo análisis de

siempre, "sobre laevolución y tendencias de las cuentas por cobrar y por

pagar en el país, con cierre en el mes de diciembre del pasado año".



Al parecer, la buena noticia es "los saldos vencidos respecto a

diciembre de 2012 se han reducido". Normal. Si existe más dinero en

circulación y no se respetan los equilibrios en la inexistente política

monetaria, la tendencia más favorable en la liquidación de las cuentas,

es inevitable. Como viene siendo habitual, "los resultados aún no son

los óptimos pues se mantienen indisciplinas, desorganización, falta de

prioridad a esta tarea, e imprecisiones y formalismos en los contratos,

por lo que resulta necesario continuar prestando atención y control

sistemáticos a dicho proceso". Dicho en otros modos, el desbarajuste

económico alcanza proporciones alarmantes y las autoridades del régimen,

o sea Lina Pedraza, no tienen capacidad para resolver el problema. Un

problema que, por otra parte, es de fácil solución, simplemente dejando

que las fuerzas del mercado ajusten el comportamiento de las variables

económicas, como sucede en el resto del mundo. Ese empeño ideológico por

vincular "finanzas y precios" sinceramente produce hilaridad.



En cuarto lugar, el consejo de ministros, abordó los resultados del

llamado "plan deinscripción de inmuebles estatales del año 2013, periodo

en el cual se asentaron en los registros de propiedad 63396 inmuebles,

de un plan de 65329". La información fue ofrecida por María Esther Reus

González, ministra de Justicia, que también anuncio para el período 2010

a 2014, prácticamente finalizado ya, que deben inscribirse 302801

inmuebles y que al término del 2013 se habían inscrito 225814, con un

76% de cumplimiento". Datos que fueron aplaudidos por Raúl Castro, que

reiteró "que esta es una tarea a la cual le debemos continuar prestando

la mayor atención, pues contribuye al ordenamiento del país".

Ciertamente asombroso para quién fue responsable, allá por los años 60

al poco tiempo de iniciar el proceso de revolucionario, de poner patas

arriba a todas las notarías y registros de propiedad existentes en la

República desde sus orígenes, y que en Cuba habían permitido una de las

ordenaciones más adecuadas de toda América Latina. Ciertamente

asombroso, como el tiempo acaba poniendo las cosas en su sitio.



El consejo de ministros continuó en quinto lugar con "el análisis sobre

el uso del agua al cierre del 2013 teniendo en cuenta la productividad

agrícola, industrial y en los servicios asociados a este recurso, lo

cual está respaldado en el Lineamiento 300, donde se expresa que el

balance del agua constituirá el instrumento de planificación mediante el

cual se mida la eficiencia en el consumo estatal y privado".

Correspondió a Inés María Chapman Waugh, presidenta del Instituto

Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), la labor, señalando que al

concluir el pasado año, en los 242 embalses existentes se almacenaban

más de seis mil 400 millones de metros cúbicos de agua lo que representa

alrededor de un 70% de la capacidad total.



Explicó que la agricultura se ratifica como la principal consumidora,

seguida por el abasto a los sistemas de acueducto. "Entre ambas consumen

el 80% del total nacional", afirmó. Las pérdidas provocadas por las

deficientes infraestructuras que apenas han recibido inversiones desde

la década de los años 50, está en el origen de estos datos.



Tal y como expuso respecto a la ejecución del programa de rehabilitación

de redes y conductoras de acueducto, y cito textualmente "se avanza,

pero no se logra medir su impacto en términos de eficiencia debido a que

persisten el limitado metraje, las pérdidas en interiores de las

viviendas y otras instalaciones socio administrativas, así como tarifas

inadecuadas". En fin, que en este asunto, estamos más o menos como al

principio. Sensación de tiempo perdido, de ineficiencia en la gestión de

las inversiones públicas y de pésimo uso de un recurso esencial para la

economía nacional.



Como viene siendo habitual cada vez que hay consejo de ministros, el

inefable Marino, volvió a decir lo mismo sobre el proceso de unificación

monetaria, a saber, que es "extremadamente complejo". Fue el último en

intervenir en el consejo de ministros. Al mismo tiempo, repitió los

mismos argumentos que en ocasiones anteriores, "esta no es una medida

que resolverá por sí sola todos los problemas actuales de la economía, y

que su aplicación resulta imprescindible a fin de restablecer el valor

del peso cubano y de sus funciones como dinero". Mucha prudencia, más

cautela aún, sobre una cuestión que puede poner, y de hecho así podría

ser, patas arriba el débil entramado de la economía castrista.



A pesar de la importancia de la medida, y la necesidad de contar con un

asesoramiento experto de alto nivel y asistencia financiera adecuada a

los objetivos a alcanzar, es sorprendente que Murillo se conforme con

referir tan solo "la realización de seminarios de preparación en todo el

país sobre las normas emitidas en los que han participado más de 20 mil

cuadros y funcionarios", y poco más. Ya se verá lo que ocurrirá el día

después.



En mi opinión, poner la dirección del proceso de unificación monetaria

del peso y el CUC en manos de "los máximos jefes de los OACE, OSDE,

consejos de administración provinciales y entidades nacionales", es una

grave irresponsabilidad, cuyas consecuencias serán difíciles de

prevenir. Es lamentable que el régimen castrista, en ese proceso de

"actualización del socialismo" no otorgue al Banco central de Cuba las

competencias que, como institución especializada, debería tener en este

ámbito de la unión monetaria y cambiaria. Las decisones económicas no

suelen tener éxito cuando las deben ejecutar políticos que obedecen las

órdenes políticas. Por mucho que quieran "prever y anticiparse a

cualquier problema para saber cómo responder ante ellos", creo que la

estrategia emprendida por el régimen es suicida y tendrá repercusiones

graves sobre la economía nacional. Tiempo al tiempo.



El consejo de ministros finalizó con la presentación por Murillo de la

subida salarial de los médicos, que "busca conseguir una retribución

acorde con el trabajo, para estimular la responsabilidad". No tardaremos

mucho en ver como se produce un "efecto champagne" en los salarios de la

economía castrista, porque será difícil que otros colectivos

profesionales se queden impasibles ante el desajuste que significa

primar a unos y no a otros. Cuando el que paga es el estado, y lo hace

con lo que recauda, no hay límites para embarcarse en acciones

demagógicas cuyo resultado acaba siendo peor. Malos tiempos en materia

de precios se avecinan en la economía castrista.



Source: Balance del consejo de ministros del pasado 28 de marzo -

Misceláneas de Cuba -

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