domingo, 25 de mayo de 2014

Ejército y sindicato único - una extraña convergencia de intereses

Ejército y sindicato único: una extraña convergencia de intereses

ELÍAS AMOR | Valencia | 25 Mayo 2014 - 11:52 am.



El castrismo ha conseguido mantener bajo control a la población por

medio de un instrumento represivo que se proyecta sobre la vida de las

personas desde la infancia hasta la muerte. Control ideológico,

propaganda y movilización, combinados con la restricción al consumo, han

sido los ejes sobre los que se cimenta el sistema estalinista represivo

instaurado en 1959, y que se resiste a desaparecer.



En este sistema, las organizaciones e instituciones son puestas al

servicio del poder, la llamada "revolución", sin ningún reparo.

Entidades que en otros países se distancian del poder ejecutivo, en el

régimen castrista actúan como correa de transmisión de consignas,

mandatos y resoluciones que simplemente se aprueban y ejecutan, sin la

más mínima contestación.



Un ejemplo de este mecanismo de control de poder ha sido el 95 Pleno del

Consejo Nacional de la CTC, el sindicato único, celebrado el sábado

pasado, en el que también se presentó un informe de rendición de cuentas

de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) a los trabajadores. Es

decir, sindicatos y ejército trabajando juntos en el cumplimiento de

unos "30 Objetivos de Trabajo" aprobados en febrero pasado por el XX

Congreso del sindicato único para el quinquenio en curso. ¿Coincidencia

de clase social, sentimientos y causa? O como se afirma, ¿es necesaria

la unidad de la Revolución y del pueblo y de las fuerzas armadas para

alcanzar una "victoria final"? ¿Qué victoria?



La extraña coalición del sindicato único, de inspiración comunista, con

los militares, es un fenómeno solo observable en la dictadura castrista.

La razón es la enorme concentración de empresas y actividades

productivas en manos de los militares de las FAR y el MININT, que se

podrían calificar como la clase "capitalista" en una sociedad que se

califica como igualitaria.



Ese espacio de juego entre dos organizaciones que prácticamente en

ningún país del mundo convergen en proyecto alguno, tiene como objetivo

"alcanzar y poner a flote las reservas de eficiencia que tiene el

sistema empresarial" comandado por el ejército. Una tarea considerada

"estratégica" para el movimiento sindical, "porque es la esencia misma

de lo que hoy necesita el país, y tiene que surgir como resultado del

funcionamiento de las estructuras sindicales en la base", citando

explícitamente la nota informativa del periódico Granma.



Ejército y sindicato único proyectan en la dictadura ideas comunes que

carecen de cualquier sentido en los tiempos que corren, como una

pretendida "consolidación de nuestra invulnerabilidad militar" ante esa

eterna preocupación del régimen por una invasión que no termina de

llegar, y, desde la perspectiva de obediencia al poder político, "el

cumplimiento exitoso de las misiones y tareas planteadas, prevaleciendo

la disposición y el esfuerzo para enfrentar las deficiencias y problemas

analizados y continuar perfeccionando los resultados en todas las

esferas de la defensa". Se pone de ejemplo de toda esa parafernalia, el

desfile del Primero de Mayo, como "la unidad de las FAR y el MININT

junto a la clase obrera".



La extraña pareja ejército y sindicato único aparece así como un

elemento perverso en la organización institucional de la economía . No

existe un marco para el diálogo y la concertación social entre objetivos

dispares, sino que el sistema obliga a la integración de posiciones

contradictorias desde la base. En vez de centrar un debate sobre las

posiciones de capital y trabajo, se atiende a la preparación para la

defensa nacional. Este tipo de planteamientos deja desatendida la

racionalidad en las decisiones empresariales, lo que debería significar

el progresivo alejamiento de las FAR y el MININT de las empresas. Con

ello, las cosas podrían ser muy diferentes. Pero el sindicato único,

lejos de fijar sus posiciones en defensa de los intereses de los

trabajadores, calla y otorga.



Los "Lineamientos" dedican todo un apartado a conseguir algo que parece

complicado en esa correlación de intereses creada por la "revolución".

Pretenden hacer de las FAR "una institución cada vez más eficiente,

racional y ajustada a las necesidades de la defensa nacional". Si esto

fuera así, y se pudiera apartar a los militares del control económico,

se habría conseguido un objetivo importante, pero no parece que ese sea

el objetivo, pues se va en dirección contraria, la de dar al ejército un

poder "coherente, integral, efectivo y consolidado", duradero, y

enfocado a objetivos bélicos que seguirán sin producirse.



Y es que no se está hablando de cualquier cosa —si se tiene en cuenta

que los trabajadores aportan más de 45 millones de pesos a los gastos de

defensa—, cuando existen tantas necesidades en el país.



El modelo funciona para el régimen, pero no tiene posibilidad alguna de

continuidad de futuro en condiciones democráticas y libres. Es otra de

las cosas que tendrán que cambiar. Tal vez las autoridades deberían

saberlo y prepararse para ello en vez de seguir alistándose para una

invasión militar que nunca llegará.



Source: Ejército y sindicato único: una extraña convergencia de

intereses | Diario de Cuba -

http://www.diariodecuba.com/cuba/1401011568_8742.html

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