lunes, 26 de mayo de 2014

No hay que hacer regalos a la dictadura

No hay que hacer regalos a la dictadura

Si el régimen castrista quiere que Estados Unidos le haga concesiones,

debe ganárselas: que haga reformas políticas, que dé pasos reales hacia

la democracia

lunes, mayo 26, 2014 | Luis Cino Álvarez



LA HABANA, Cuba -Pecan de hipócritas los que dicen no comprender las

motivaciones de la carta abierta enviada al presidente Obama por más de

40 ex-funcionarios, empresarios e intelectuales que piden ampliar los

cambios en la política norteamericana hacia Cuba.



Evidentemente, salvo algunos despistados habituales y algún que otro

liberal progre yanqui capaz de viajar a Pyongyang para abrazar, hipando

de emoción, a Kim Jong Un, la mayoría de los firmantes de la carta

tienen sus mentes puestas en el dinero: en el que ganarían ellos y en el

que entraría en las arcas de la dictadura, justo en el momento en que

más lo necesita.



¿Para qué engañarnos y andar por las ramas? Hay que ser muy tonto o

querer parecerlo para creer que las reformas raulistas hayan activado

mecanismos metafísicos de rectificación en señores como Carlos

Saladrigas y Alfy Fanjul, que de furibundos anticastristas pasaron a

apasionados promotores del levantamiento del embargo sin exigir reformas

políticas al régimen. Solo quieren hacer negocios en Cuba y llenarse los

bolsillos a costa de la miseria y la opresión de sus compatriotas.



La creciente algarabía del Cuba Study Group, Cuban Americans for

Engagement, Cuba Now y otros que le siguen la rima o se dejan arrastrar

por su chantaje emocional, son una señal de su oportunista prisa por ir

a nadar en las aguas revueltas del post-castrismo, que ni se arregla ni

se acaba, pero tampoco se reforma, y menos se arrepiente. ¿Por qué

habría de hacerlo con tantos cómplices y alcahuetas de última hora como

tiene?



Si todos sabemos que al final del camino, cada dólar que entra en Cuba

va a parar a las arcas del régimen, ¿de qué forma estos cambios podrían

apoyar a la sociedad civil y "ayudar a los cubanos a determinar su

propio futuro"?



Habría que empezar por definir a qué sociedad civil se refieren los

autores de la carta. ¿A las llamadas organizaciones de masas que el

régimen pretende hacer pasar como ONGs? ¿A los pastores domesticados del

Consejo de Iglesias y los santurrones que preparan absoluciones y palios

para los jerarcas del régimen a costa de que les permitan una revista y

les concedan unos minutos, un par de veces al año, por el canal de menos

rating de la TV, a la misma hora que la telenovela brasileña? ¿A la

oposición leal que se avizora montará el régimen cuando le convenga

simular una apertura? ¿A la comparsa de camaleones que posan de

contestatarios y ahora mismo se encarga de copar y dividir a la

verdadera sociedad civil y le roba espacio en los foros internacionales?



Ninguna persona seria creerá que "la actividad económica independiente",

como llaman a los chinchales, las vendutas y los timbiriches, por muchos

dólares que reciban sus propietarios de sus parientes en el exterior,

contribuirán a las libertades políticas. Todo lo contrario: servirá para

reforzar la mentalidad de parásitos y mantenidos, hacerlos más apáticos,

egoístas y cínicos, amén de contribuir a llenar los bolsillos de

inspectores, policías, chivatos y otros estafadores.



Ampliar los permisos de viaje a las organizaciones no gubernamentales y

las instituciones académicas, sin que haya una verdadera reciprocidad,

es conceder banderín abierto a los intelectuales orgánicos de la

dictadura para que al son de los reguetoneros y timberos que son

apolíticos para lo que le conviene, hagan su labor de agit-prop en Miami

y Washington y complementen la zapa que hacen los agentes de influencia

en todas sus gamas, desde Max Lesnik hasta López-Levy.



La antinacional Ley de Inversión Extranjera y otras artimañas para

lograr la sobrevida del castrismo no pueden conducir a que un puñado de

tontos útiles e inescrupulosos empresarios demoren por varias décadas

más la libertad de Cuba.



Si el régimen castrista quiere que Estados Unidos le haga concesiones,

debe ganárselas: que haga reformas políticas, que dé pasos reales hacia

la democracia. Como no es ese el caso, al menos por ahora, no hay por

qué hacerle regalos a la dictadura.



Source: No hay que hacer regalos a la dictadura | Cubanet -

http://www.cubanet.org/destacados/no-hay-que-hacer-regalos-a-la-dictadura/

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