(AFP)
LA HABANA — El gobierno cubano echó a andar un programa de cinco años
para estimular la insuficiente producción de alimentos, con la apertura
al mercado de insumos y el compromiso de reducir trabas burocráticas,
pero sin soltar el control estatal sobre el estratégico sector.
Al clausurar el domingo un congreso de la organización que reúne a
350.000 pequeños campesinos y cooperativistas privados, el presidente
Raúl Castro expresó su confianza en que cumplirán su misión "número uno:
producir para el pueblo", reseñó este lunes la prensa local.
"Las soluciones que se busquen tendrán que lograr una armonía entre los
intereses de nuestros campesinos y los de toda la sociedad", dijo el
ministro de Economía, Marino Murillo, en el discurso central del
encuentro, transmitido por la televisión local.
Los pequeños agricultores privados, que trabajan el 41% de la tierra
cultivable y producen el 70% de los alimentos, acudieron al congreso con
expectativas de reformas pues el gobierno de Raúl Castro considera vital
la producción agrícola.
Cuba, con una economía controlada en 90% por el Estado, importa un 80%
de los alimentos que consume, lo cual representa una fuerte erogación de
entre 1.500 y 2.000 millones de dólares anuales, una carga que su
deprimida economía ya no puede soportar.
En el encuentro, los campesinos señalaron la falta de transporte y de
insumos como semillas, fertilizantes y pesticidas -asignados en centros
estatales- así como obstáculos burocráticos en la venta de su producción
al Estado, que les impiden elevar sus rendimientos.
El gobierno se comprometió a atender con un plan de cinco años muchas de
sus demandas: destrabar los mecanismos de contratos con el Estado que
frenan la producción y comercialización, venta libre y suficiente de
insumos y descentralizar a nivel de municipio las principales decisiones
del sector.
Dejó claro, no obstante, que la producción seguiría controlada mediante
contratos y que los campesinos sólo podrían acudir al mercado libre con
excedentes -como hasta ahora- ante lo que los agricultores pidieron la
revisión de esa legislación que no estiman "objetiva".
El economista Armando Nova recomendó poco antes del congreso que esos
compromisos de venta con el Estado "sean los indispensables, para que la
parte mayoritaria de la producción se venda en el mercado de libre
oferta y demanda" a fin de estimular la producción.
Nova, experto en el tema agropecuario, propone que el Estado concurra
"como un elemento más" al mercado, aunque vele por los precios, actuando
como regulador. Sin embargo, en el congreso se mantuvo al Estado como
primer comprador de la producción.
Aunque el gobierno aplica una serie de medidas desde hace dos años como
el reparto de tierras ociosas en usufructo y precios más altos de compra
de los productos de los campesinos, el despegue del sector no se ha
producido.
Según la Oficina Nacional de Estadística, la producción agrícola de
enero a marzo de este año cayó un 13% frente a igual período de 2009,
cuando aún pesaban los daños de los huracanes de 2008.
Murillo reconoció el domingo que del casi millón de hectáreas entregadas
en usufructo durante casi dos años, alrededor de la mitad "permanecen
ociosas o insuficientemente explotadas, situación que se necesita
revertir lo antes posible".
Asimismo el gobierno estudia aplicar impuestos a los campesinos, en el
marco, dijo Murillo, de "la actualización del modelo económico cubano",
que deberá aprobar el VI congreso del Partido Comunista (PCC, único),
cuya realización lleva ocho años de atraso.
http://www.google.com/hostednews/afp/article/ALeqM5gTteir6oppTQMG042btMPnmdc6aw
No hay comentarios:
Publicar un comentario