10-05-2010.
Lic. Sergio Ramos
(www.miscelaneasdecuba.net).- El Ministerio del Azúcar acaba de anunciar
que Cuba ha tenido la peor zafra en 103 años. A nadie tomó la noticia
por sorpresa. Una simple mirada a los campos de Cuba y podemos observar
que el marabú sustituyó a la caña.
Que muchos centrales azucareros fueron desmantelados para venderse al
exterior o solo quedan sus enmohecidas ruinas y los que todavía estan
activos, en su mayoría están destartalados. Los suelos cañeros están
agotados por el uso y mal uso de hierbicidas, pesticidas y otros
químicos o por falta del necesario período de barbecho. Como resultado,
el rendimiento de la caña es pobre. Cuba ha tenido una mísera zafra de
1.1 millones de toneladas en un país que solía producir entre 5 a 7
millones de toneladas.
He aquí, otra estampa más de la ineficiencia intrínseca del sistema de
economía centralizada. Un sistema que los propios inventores del mismo
(la otrora URSS) lo desecharon por la borda por inservible tras 70 años
de experimentos fallidos. Otros países como China y Viet Nam, también
han tenido que aflojar la centralización y estatización de las empresas
para poder lograr un crecimiento en las economías de esos países.
Sin embargo, en Cuba se pretende, terca y caprichosamente, continuar
amamantando ese absurdo modelo económico que implica un decrecimiento
perenne desde hace 50 años, lo que acarrea un constante empobrecimiento
de la población. Tampoco fabricando chivos expiatorios y echando culpas
a terceros foráneos se resuelve el problema.
El viejo adagio castellano de que "El ojo del amo engorda el caballo"
resulta un postulado axiomático para la economía que se aprecia de
eficiente y productiva. Uno cuida y mejora lo que es suyo, y de lo cual
recibe para sí y su familia el fruto de su iniciativa productiva y de su
trabajo. Cuando los bienes de producción son propiedad de ese ente
impersonal llamado Estado, adviene a ser en la práctica de nadie, por lo
que las personas no toman el apego necesario para adquirir la conciencia
de cuido y dedicación necesaria para que sea productivamente eficiente,
máxime como pasa en Cuba, donde el trabajador esta tan mal pagado y las
perspectivas de progreso están ausentes y existen solo en las fantasías
esgrimidas por la mendaz propaganda del encaprichado régimen.
La agricultura, y por ende la industria azucarera, podrá ser nuevamente
pujante el día en que los agricultores sean plenamente dueños de sus
tierras y perciban de ellas el total del fruto del trabajo e
industriosidad. Los centrales azucareros serán productivamente
eficientes cuando éstos sean de aquellos accionistas propietarios que
realmente tengan el interés de darles el cuido y la administración
eficiente como resultado de la motivación que genera el que los
beneficios advengan plenamente y sean justamente distribuidos entre sus
accionistas propietarios.
En adición, el país requiere una política laboral radicalmente distinta.
Una en que el trabajador perciba un salario adecuado y justo, que
ciertamente le de para mantener decorosamente a su familia y adquirir
libremente todos aquellos bienes necesarios para el bienestar de sí y de
su familia. Esto en adición a una política laboral libre de
explotaciones y exigencias de labores gratuitas, so color de
voluntariedad. Se urge de una ley laboral que garantice un ambiente
digno para los trabajadores y garantice todos los derechos laborales
conculcados por la dictadura.
Con un clima laboral sano y unos obreros bien pagados, tendremos obreros
más productivos y eficientes, redundando a la suma en mayor progreso
para los cubanos.
Desechar el centralismo económico y abrir el país al libre empresario
nacional y el libre mercado de los productos, es la respuesta para el
progreso y bienestar del pueblo cubano.
Un reto que la oligarquía gobernante, ofuscada por sus hiper-privilegios
derivados del poder omnímodo que ostentan, no está dispuesta a afrontar
con seriedad, por lo que el cambio político es imprescindible para
lograr el cambio económico.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=27637
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