lunes, 24 de mayo de 2010

Efecto dominó en Industria Alimenticia

Efecto dominó en Industria Alimenticia
Miguel Iturria Savón

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - Un funcionario de una empresa
del Ministerio de la Industria Alimenticia, me informa que la oleada
contra la corrupción que sacude los cimientos del régimen cubano, afecta
principalmente a las entidades productoras de alimentos, donde "hasta
los pejes más gordos están bajo sospecha".

Comenta la fuente que Alejandro Roca Iglesias, quien fue ministro
durante décadas y cesó el año pasado al fusionarse los ministerios de
Alimentación y de Pesca, se encuentra bajo investigación y estuvo dos
semanas tras las rejas de Cien y Aldabó, unidad especial del
Departamento Técnico de Investigaciones, en La Habana.

"Roca fue intocable hasta el escándalo de Max Marambio y el otro
chileno. La muerte del gerente extranjero y las auditorias a Rio Zaza y
negocios afines, destaparon faltantes y desvíos millonarios del período
de Roca Iglesias, íntimo de Fidel Castro, de quien fuera consultor y
dietista personal". Precisa que casi todos los directivos del séquito de
Alejandro Roca, algunos en ejercicio, varios jubilados y otros en
empresas y ministerios afines, están siendo interrogados.

"Uno de los casos más ilustrativos es Juan José Ferro, un viceministro
familiar hacinado ahora en un buró del Ministerio de Economía y
Planificación. A pesar de su incompetencia y despotismo, Ferro fue
director de la Unión Cárnica y de la Empresa de Aceites y Grasas, las
cuales redujo a su mínima expresión. De la Unión Cárnica queda un
combinado en El Calvario, el matadero de reses en Nueva Paz, y algunos
chinchales en las provincias para procesar picadillo de soya".

Según la fuente, el efecto dominó amenaza a la pirámide de dirección de
la Industria alimenticia y la pesca, pues la denominada Ley Colateral
"desata la revisión de los funcionarios de arriba ante escándalos en las
dependencias subordinadas, se les exige por no haber tomado medidas
antes del hecho".

"No hay fábricas, procesadoras ni distribuidoras de alimentos sin
funcionarios que roban o desvían productos, además de los ninjas que
integran redes de estafa desde la calle con los custodios y directivos,
previo pago por virar la cara o desestimar las denuncias del sindicato o
los trabajadores".

Al preguntarle al empleado si con las nuevas auditorías y las medidas
policiales se detendría la corrupción del sector, me dijo: "No, el robo
es un medio de vida, desde el trabajador más simple hasta el director de
las empresas, entran a resolver alimentos o hacer dinero. No se sienten
dueños ni culpables, se apropian de lo que esté a su alcance".

http://www.cubanet.org/CNews/y2010/mayo2010/24_C_2.html

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