Lunes, 15 de Agosto de 2011
Osmar Laffita
altCapdevila, La Habana, 15 de agosto de 2011 (PD) En sintonía con los
Lineamientos aprobados en el VI Congreso del Partido Comunista, el
presidente Raúl Castro ha insistido en sus últimas intervenciones en que
la planificación es una herramienta de trabajo. "Si planificamos bien,
lograremos más ahorro y mayores beneficios", explicó.
Pero los malos resultados de importantes sectores de la economía
nacional en el semestre se contraponen a esos deseos. De buenas
intenciones están empedrados los caminos del infierno.
La deficiente planificación es el resultado de que la estructura
empresarial continúa sin modificarse. Su mal desempeño se debe a que el
gobierno dirige y se inmiscuye en todo el universo empresarial cubano.
La planificación será efectiva cuando el gobierno se limite a crear las
condiciones propicias para el funcionamiento eficaz y autónomo de las
empresas.
El gobierno tiene que concentrarse en su papel de agente estimulador de
la actividad empresarial y poner fin a su errático y fallido desempeño
de administrador y controlador de la actividad de estas.
El gobierno tiene que concentrarse en el estudio e implementación de las
estrategias económicas, en la elaboración de los planes. Para ello la
planificación tiene que ser indicativa; por tanto, hay que eliminar su
negativo rol imperativo
Si el gobierno quiere hacer efectiva su consigna de "cambiar todo lo que
debe ser cambiado" tiene que ocuparse de la armonía económica, de la
lucha contra la inflación, el equilibrio presupuestario, la
renegociación y el pago de los servicios de la deuda externa.
El desajuste del sistema empresarial se debe a que el gobierno no cumple
con su papel de rector de la economía.
De los 300 lineamientos aprobados por el VI Congreso del Partido, no
aparece nada referido a la autonomía empresarial; por tanto, las
empresas no tienen la facultad de vender sus producciones y comprar los
insumos que necesitan.
En el día a día de su existencia llena de dificultades, por sus cada vez
más bajos niveles de vida, los cubanos no palpan el anunciado
crecimiento de un 1,9 del Producto Interno Bruto (PIB) de la economía.
Tal crecimiento se contrapone al hecho que el sistema empresarial
continúa atrapado por la mala planificación.
Como resultado de estos desajustes, un número apreciable de empresas
cubanas acumulan pérdidas mientras otras cumplen o sobrecumplen sus
planes anuales.
¿De qué planificación se puede hablar si las inversiones, base del
desarrollo del país, sólo se cumplieron en un 33,3%? Incluso es tanto el
descontrol y la incertidumbre que se augura que solo se llegará al 77% a
finales de año.
Los incumplimientos en las inversiones reportados a finales de año y al
cierre del semestre respondieron a los reiterados errores de
planificación y la falta de previsión que conllevo al atraso de la
importación de suministro y equipos.
Una muestra de la inviabilidad de la actual planificación lo tenemos en
el descalabro de la producción de frijoles, la desastrosa cosecha de
café, las enormes deficiencias que atraviesa la cosecha arrocera, los
incumplimientos en los cultivos varios, en la producción de carne de
cerdo, de res y leche, así como la caída en picada de la producción de
hortalizas y vegetales.
Los mayores incumplimientos se localizan en la producción de bienes. No
sólo incumplió el Ministerio de Agricultura, sino que también quedaron
por debajo de sus planes la Industria Ligera, Sidero-Mecánica,
Construcción, Informática y Comunicaciones y los centros elaboradores de
productos biotecnológicos.
Las mayores afectaciones se localizan en la Industrias de Materiales de
la Construcción. La fábrica de cemento de Nuevitas, debido a la no
recogida de su producción por diferentes empresas y ministerios, tuvo
que paralizar por varias semanas su producción por el abarrotamiento de
sus silos y almacenes.
Algo similar ocurrió en las fábricas de bloques y baldosas, donde por no
extraerse los productos contratados, sus inventarios llegaron al tope y
tuvieron que paralizar la producción.
Como consecuencia de la no recogida de estos materiales de construcción,
de las 23 394 viviendas previstas edificar en la etapa, solo se
terminaron 8 831. A este desastre se le agrega que los establecimientos
de venta liberada de materiales de la construcción, dirigidos
fundamentalmente a proporcionar los productos para la construcción de
viviendas por esfuerzo propio, permanecieron el mayor tiempo vacío.
De las 12 606 casas cuya ejecución estaba prevista para el presente año,
solo se han construido 3 206.
La no extracción a tiempo de los materiales de construcción tuvo
afectaciones en las inversiones previstas en la etapa en un 38%, muy por
debajo del comportamiento histórico del semestre que está entre el 40 y 42%.
El actual gobierno, dirigido por ancianos autoritarios, caprichosos y
temerosos de perderlo todo, mantiene bien cerradas las puertas. Es poco
probable que las abran, porque entonces se pondrían en marcha las
reformas que tanto demanda el pueblo cubano. Hablar de planificación,
control, eficiencia y autonomía empresarial, con el actual equipo de
gobierno es quimérico. Ellos se resisten al relevo joven y por ende a un
futuro mejor para el pueblo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario