Unas 325,000 personas, un 6% de una fuerza laboral de casi cinco
millones, comenzaron a pagar tributos al Estado cubano tras la entrada
en vigencia de las reformas económicas
12.08.11 - Actualizado: 12.08.11 10:48pm - Redacción: redaccion@elheraldo.hn
La Habana,
Cuba
Según un popular refrán, en la vida hay dos cosas ineludibles: la muerte
y los impuestos. A los cubanos, no obstante, les cuesta aceptar la
segunda fatalidad.
En los últimos meses las personas en la isla debieron incorporar a su
léxico términos desconocidos como "declaración jurada", "deducciones" o
"impuesto a las ganancias" al calor de una serie de reformas que
abrieron paso a modestas manifestaciones de iniciativa privada en la
isla y también obligarán a toda persona que trabaje por cuenta propia a
pagar tributos al Estado, algo que la mayoría de los ciudadanos no
entiende a cabalidad.
"Nunca he pagado impuestos. En todos estos años esa palabra se salió del
diccionario de los cubanos. Suena más bien como a país capitalista y
hablar de impuestos en Cuba es algo como de extraterrestres", dijo a la
AP Iliana Ocampo, una oficinista de 43 años.
Dos terceras partes de los 11 millones de cubanos nacieron después del
triunfo de la revolución en 1959 y casi nunca en su vida pagaron
tributos, aunque siempre tuvieron las prestaciones estatales como salud
o educación gratuita.
Como Ocampo, la empleada Moraima Santos, de 66 años, indicó: "Las
personas se desacostumbraron y ahora se preguntan ¿por qué tengo que
pagar? Se olvidan que en todos los países se paga".
Los nuevos impuestos implementados afectan únicamente a quienes trabajan
por cuenta propia, que hoy por hoy son aproximadamente 325,000 personas,
un 6% de una fuerza laboral de casi cinco millones, según cifras
oficiales de la Oficina Nacional de Estadística.
Pero la ministra de Finanzas, Lina Pedraza, dijo que espera que aumente
rápidamente la cantidad de trabajadores independientes sujetos a
tributar y estimó para el 2015 unos 1.8 millones de personas trabajando
por cuenta propia.
Paguen o no impuestos en lo inmediato, todos los cubanos comenzaron a
hablar del tema, en parte porque las autoridades abrieron una campaña
para concienciar a la gente sobre la importancia de que el trabajador
independiente contribuya y de que eventualmente todos los ciudadanos
entiendan lo vital que es aportar al Estado y sus enormes gastos sociales.
Reformas
Desde que comenzó el proceso para autorizar a los comercios de propiedad
privada a finales del año pasado se entregaron unas 178,000 licencias
que se sumaron a las 147,000 existentes desde la década de los 90,
cuando se había producido una apertura más limitada que la actual.
Paralelamente, las autoridades instrumentaron reformas al sistema
tributario obligando a los "cuentapropistas", como se denomina a las
personas que trabajan bajo esta modalidad, a pagar impuestos a los
ingresos personales (hasta el 50, a las ventas (un 10%) y en algunos
casos para la seguridad social (un 25%). Además se creó un tributo a la
contratación de fuerza de trabajo, que quedó en suspenso por el año en
curso.
Otra novedad es el incremento de las deducciones impositivas -complejas
en un país donde casi nadie da facturas-, que pueden alcanzar hasta el
40% de los ingresos obtenidos para algunas de las 178 actividades
autorizadas a realizar.
Se instrumentó asimismo un sistema "simplificado" para 91 rubros -los
más humildes, como arriero, jardinero, cerrajero o mecanógrafo-, bajo el
cual una lavandera, por ejemplo, abonará solo 30 pesos cubanos mensuales
(1.25 dólares), además, si es menor de 60 años, de los 87 pesos cubanos
(3.62 dólares) de su seguridad social y no tendrá que realizar
declaración jurada o rendir cuentas anuales.
"Al comienzo estaba muy confundido", explicó a la AP Luis Antonio Véliz,
de 33 años, dueño de Fashion Bar Habana, un "paladar" (restaurante) que
se inauguró en diciembre y hoy es un ejemplo de éxito en su rubro.
Transexual y gay se casan como regalo a Fidel
Wendy, una espigada rubia que dejó de ser Alexis en el quirófano, e
Ignacio, un gay opositor con VIH, se casarán hoy en La Habana, el mismo
día en que cumple 85 años el líder Fidel Castro, en la primera boda de
su tipo en Cuba, nada exenta de polémica.
Para la feliz pareja su casamiento "marca una nueva etapa en Cuba" y es
un "regalo" a Fidel Castro, quien hace un año admitió su responsabilidad
en la exclusión que sufrieron los homosexuales en los años 1960, cuando
eran recluidos en campos de trabajo. "No es un acto de provocación. Es
un reconocimiento, por primera vez en 52 años de revolución reconoció su
culpa, aunque eso no lo exime completamente", dice a la AFP Ignacio
Estrada, de 31 años, tras acompañar a su novia a escoger el ramo a la
floristería Aves del Paraíso, en una concurrida esquina de La Habana.
A los 37 años, Wendy Iriepa cumple el "sueño de toda mujer", tras haber
sido sometida en 2007 a la cirugía de cambio de sexo gratis, una
operación aprobada por gestión del Centro Nacional de Educación Sexual
(Cenesex), que dirige la sobrina de Fidel, Mariela Castro, hija del
presidente Raúl.
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