Si antes el Estado era el que manejaba casi absolutamente la entrada de
divisas que origina el turismo, ahora los pequeños negocios privados
están aceleradamente tomándole la delantera, ofreciendo un servicio con
mayor atractivo y eficiencia.
martinoticias.com 10 de agosto de 2011
En Cienfuegos "perla del sur" de Cuba, a 256 kilómetros de La Habana, y
visita obligada para el turista, el cuentapropismo avanza a pasos
agigantados, obligando al Estado a competir.
"La actividad por cuenta propia ha cobrado nuevos bríos por la
laboriosidad empresarial de quienes están involucrados en ella", expresa
el periodista cienfueguero Alejandro Tur.
Desde que el gobierno cubano comenzó a dar permisos y liberar trabas que
impedían el desarrollo de estos pequeños negocios el número de
trabajadores independientes en Cienfuegos ha aumentado
significativamente y las aspiraciones de muchos es expandirse.
Prueba de ello son las cientos de casas que alquilan cuartos a turistas,
según empresarios locales, y las decenas de quioscos, cafeterías y
pequeños restaurantes que hoy proliferan por toda la ciudad, donde sus
pequeños propietarios ya están autorizados a contratar empleados, la
cantidad de sillas ha sido ampliada a 20, y se les permite vender
mariscos y carne de res.
En lo que se refiere al alquiler en casas de vivienda esta actividad
"comienza desde el arribo de turistas a las terminales de ómnibus
procedentes de otras provincias o aeropuertos. En estos sitios hay un
ejército de personas con el objetivo de atraerlos a las casas y
establecimientos donde ellos laboran de forma independiente. Estas casas
están exquisitamente preparadas por sus dueños que tienen vinculación
con el estado y controlan recursos que redirigen hacia la reparación de
sus viviendas, o familiares en el extranjero que los ayudan con remesas
a modernizar sus casas y negocios", dijo el periodista Alejandro Tur, en
conversación con martinoticias.
Si antes el Estado era el que manejaba absolutamente las entradas de
divisas que devenga el turismo a través de la red hotelera,
establecimientos turísticos, restaurantes, etc, ahora los pequeños
negocios privados están aceleradamente tomándole la delantera,
ofreciendo en muchos casos un servicio con mayor atractivo y eficiencia
para el turista que el que ofrece el Estado.
Los turistas y los nacionales muestran su preferencia por los
restaurantes y hostales privados. Tur señala que "para satisfacer las
demandas culinarias de los visitantes extranjeros, los negocios o
"paladares" tienen precios generalmente mucho más baratos que los que
ofertan los hoteles del gobierno. Pero hay otro factor también que es el
contacto, el calor humano que allí se le ofrece a los visitantes". El
dueño de la vivienda se entrega plenamente a satisfacer los gustos del
cliente que es tratado con el esmero que carecen los mal incentivados
trabajadores estatales.
"A partir de las necesidades que esta empresa va generando, se ha
establecido una cadena: las personas que trabajan con las reses les
garantizan a estos dueños de paladares la leche y la carne, los
pescadores le garantizan los mariscos… Y así se ha ido estableciendo
una cadena empresarial de beneficio mutuo. Todo esto de forma privada. A
riesgo y cuenta propia".
"Aunque hay que aclarar, acota el periodista, que hay actividades que
han ido hacia adelante porque han resultado lucrativas como es el caso
de las casas de alquiler o los paladares, pero en otras se ha visto un
retraimiento como son los llamados timbiriches, donde se vende pan con
croqueta, etc, con muy poca recaudación.
"Los más actos, más competitivos, aquellos que tienen dotes
empresariales han logrado ir adelante, ya sea también porque se
encuentran en lugares céntricos y de más movilidad de personas, o porque
tienen buenas conexiones en el mercado negro o en instituciones del
gobierno que le provee del avituallamiento", añade el periodista.
Los planes para remodelar la urbe "incluyen adecuar espacios para
trabajadores por cuenta propia con la idea de que sean los propios
habitantes de la zona los interesados en mantenerla", ha dicho en
entrevista con IPS el arquitecto cienfueguero Irán Millán, con más de
tres décadas de trabajo por la ciudad, según puede leerse en Habana Times
"Los 400.000 residentes de Cienfuegos y sus turistas, que hasta el año
pasado sufrían para encontrar un refrigerio en la ciudad de temperaturas
a menudo sofocantes, pueden ahora elegir entre decenas de cafeterías
montadas en portales de casas, que venden pizza, dulces, café y
gaseosas.", puede leerse en un artículo de la agencia inglesa Reuters
reproducido por El Mundo.es.
"La competencia es buena, significa que tienes que mejorar tu servicio",
dice Orestes Toledo, propietario del Hostal Perla, una pensión de dos
habitaciones."Hasta el Estado ahora tiene que competir".
Por su parte Carlos Alberto montó un negocio cerca del famoso
restaurante privado Aché. Este se llama Changó, y en él ofrece un menú
simple y económico; siempre está lleno de clientes.
Pero su dueño no se detendrá ahí, declara que ha decidido "expandir el
negocio y abrir otro restaurante más. Puedo tener tres, cuatro o cinco".
Alejandro Tur opina que al estado no le preocupa mucho que la actividad
se expanda, lo que sí le preocupa es que un mismo ciudadano pueda
expandirse él en sí mismo, y pueda llegar a acumular mucho dinero.
El sueño de Carlos Alberto es crear "con la ayuda de Changó, la primera
cadena privada de restaurantes de Cuba", ha dicho este futuro empresario
cienfueguero.
"Esto puede servir como una especie de termómetro, para ver hasta donde
realmente es serio el compromiso de la administración de Raúl Castro de
llevar los cambios mucho más allá de la retórica. Esto es un reto para
Raúl Castro. Así lo veo", considera Tur.
No hay comentarios:
Publicar un comentario