Jueves, Septiembre 29, 2011 | Por Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) – Los ministerios de
Trabajo y Seguridad Social, Finanzas y Precios, Transporte y Salud
Pública, y el Instituto Nacional de la Vivienda brindaron una
conferencia de prensa el 12 de septiembre, sobre nuevas medidas de
ampliación y flexibilización del trabajo por cuenta propia.
Los anuncios de esta reunión denotan la intención de las autoridades de
no realizar los cambios urgentemente requeridos. Así, la ampliación del
trabajo por cuenta propia a 181 oficios de los 178 anteriormente
autorizados, para las personas dedicadas a trabajar el granito, los
organizadores de servicios para fiestas de 15, bodas y otros, y agentes
de seguros, es un paso que además de insuficiente, puede calificarse de
ridículo. Representa la continuidad de la política dirigida a impedir
que las personas puedan escoger libremente el trabajo a realizar,
incluidos los graduados universitarios, a quienes se quieren mantener
aherrojados al rígido control estatal, con miserables salarios y pésimas
condiciones laborales.
Similar insustancialidad presenta el aumento a 50 comensales permitidos
en los paladares-restaurantes; que los carretilleros ahora se nombren
vendedores de productos agrícolas de forma ambulatoria; que se reduzcan
los impuestos a cocheros y carretoneros, así como a los arrendadores de
cuartos y viviendas.
Esto, indudablemente, beneficia a determinadas personas, pero en modo
alguno tendrá una importante repercusión sobre la economía en su
conjunto, ni atenuará la seria crisis que cada día con mayor fuerza
golpea la economía y hace más difícil la vida de los cubanos. Máxime
cuando todo puede empeorar sensiblemente, si lamentablemente el mundo
vuelve a caer en una recesión, como predicen algunos autorizados
expertos. Algo muy grave, en particular para un país que no ha salido
de una crisis extrema que dura más de 20 años y carece totalmente de
reservas para enfrentar una coyuntura económica de ese tipo.
Los problemas que han impedido el desarrollo del trabajo por cuenta
propia no se solucionarán con esas medidas. Los niveles de impuestos
continúan siendo asfixiantes, en particular los relativos a la
contribución sobre los ingresos personales y a la utilización de la
fuerza de trabajo; a la vez que persiste la ausencia de un mercado
mayorista para abastecer a los cuentapropistas.
A principios de septiembre se anunció que ejercían el cuentapropismo 333
mil 206 personas, pero no se divulga que el 66,0% de ellas anteriormente
realizaba las actividades sin autorización, con lo cual, desde el punto
de vista económico, si bien se aumentarán relativamente los ingresos
tributarios, no se tiene un incremento de relevancia real en la
producción y la oferta de servicios.
Además, se reconoce que sólo un 10,0% del total de cuentapropistas (unos
33 mil) son empleados por otros cuentapropistas. Esto demuestra el
fracaso de la creación de puestos de trabajo suficientes mediante el
cuentapropismo, lo que ha sido un factor determinante en la decisión del
gobierno de detener el proceso de reorganización laboral -cuya meta era
reubicar 500 mil trabajadores hasta abril pasado- y obligado a dilatar
el cronograma completo de reubicación de 1,3 millón de trabajadores a 5
años, en vez de 3 como originalmente fue establecido.
La situación del empleo de trabajadores a través de la iniciativa
privada no tiene ningún viso de solución, ya que existen enormes
impuestos sobre la utilización de la fuerza de trabajo que hacen
imposible esa alternativa. Según el periódico Granma únicamente hasta
diciembre no se cobrará el impuesto por la contratación de hasta 5
personas, manteniéndose los mecanismos establecidos de que hasta 10
trabajadores contratados se aplica un impuesto del 25,0% sobre la
remuneración mínima considerada para cada trabajador: el salario medio
mensual de la provincia, incrementado en un 50,0%, según información de
la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).
Si fueran 11 y hasta 15 los empleados, la base imponible equivale a dos
salarios mínimos, y del 16 en adelante se calculará el impuesto sobre la
suma de tres salarios mínimos. Esto representa que cuando sean
contratados más de 15 personas, pueda darse el caso de pagarse más
impuestos por la utilización de la fuerza de trabajo que el abono de los
salarios.
Esta fórmula está diseñada para evitar el progreso de la iniciativa
individual e impedir el surgimiento de pequeñas y medianas empresas
(PYMES). El esquema responde al miedo del totalitarismo a que los
cubanos puedan acceder a la libertad en la esfera económica y
posteriormente reclamen sus derechos civiles y políticos.
Con esta reaccionaria conducta queda demostrado que las autoridades
prefieren que las fuerzas productivas continúen entrampadas y el país se
hunda, antes de que peligre la hegemonía absoluta y los privilegios
mantenidos durante tantos años.
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