Fernando Ravsberg
La Habana
Lunes, 1 de agosto de 2011
Hace un lustro el secretario de Fidel Castro dejó al país sin aliento al
leer en TV un comunicado donde el Comandante informaba que su estado de
salud lo obligaba a ceder todos los cargos políticos a sus
colaboradores. Tal y como estaba previsto desde los años 60, el General
Raúl Castro -Ministro de las Fuerzas Armadas, Vicepresidente y Segundo
Secretario del Partido Comunista- asumió el mando del gobierno de forma
interina. Apenas un año después anuncia que se necesitaban cambios
estructurales y convocó a la población a un debate en el que 5 millones
de ciudadanos expresaron duras críticas al modelo establecido 4 décadas
atrás. Fue el puntapié inicial para impulsar una serie de
transformaciones socioeconómicas. ¿Qué tanto ha cambiado la isla? BBC
Mundo analiza las principales reforma s
La propiedad y el socialismo
Vendedor ambulante. Foto: Raquel Pérez Una de las primeras medidas de
Raúl Castro fue crear un grupo multidisciplinario de científicos para
investigar un tema medular en el sistema: el concepto de la propiedad
dentro del modelo socialista cubano. Los manuales soviéticos establecían
la premisa de que la propiedad estatal era sinónimo de socialismo y en
1968 Cuba se lanza en una "Ofensiva Revolucionaria" que nacionaliza
hasta los puestos callejeros de venta de croquetas. El resultado de la
investigación no se hizo público pero la transformación se inició
entregando tierras a particulares, permitiendo producciones autónomas y
anunciando la liberación de la compraventa de casas y automóviles. De
alguna forma los cambios en el modelo han empezado a legalizar un país
que ya vivía desde mucho antes en la clandestinidad, como lo demuestra
la existencia de un millonario mercado negro de viviendas y vehículos.
La agricultura no despega
Trabajo en el campo. Foto: Raquel Pérez La reforma agraria no ha elevado
la producción, a pesar de que se entregaron tierras a más de 150.000
familias. Es más, 9.000 de esas parcelas regresaron al Estado porque los
nuevos usufructuarios no pudieron trabajarlas. El mayor problema que
enfrentan los campesinos es la escasez de herramientas e insumos para el
trabajo agrícola, no existen proveedores dónde comprar tractores,
semillas, alambre para cercas, sistemas de riego o fertilizantes.
Además, la distribución es monopolizada por organismos estatales tan
ineficientes que pierden parte de las cosechas en los 11 traslados que
van desde la tierra al consumidor, exponiéndolas a las inclemencias del
tiempo y a los golpes de carga y descarga.
Los despidos y los autónomos
Socialmente la medida que despertó mayor atención fue el anuncio de
despido de 500.000 trabajadores estatales. Sin embargo, los plazos se
alargaron y se estudian otras variantes, según el Viceministro del
Trabajo, Carlos Mateu. La entrega de 200.000 licencias para trabajos
autónomos compensó en parte su repercusión social y triplicó los
ingresos de muchos cubanos respecto al salario que percibían como
empleados del Estado, informa la Oficina de Estadísticas. Según Mateu,
parte de los trabajadores excedentes podrían pasar a "nuevas formas de
gestión", creando cooperativas a partir de la desestatización de
servicios como la hostelería, el transporte o la construcción. La
reforma laboral busca sanear las finanzas nacionales reduciendo el
número de empleados del Estado y el gasto en salarios, además de
recaudar cientos de millones en impuestos provenientes de los
trabajadores autónomos.
El mercado interno
La eliminación de prohibiciones y una mínima apertura de mercado sacaron
a la luz el dinero que los ciudadanos "escondían bajo el colchón",
permitiendo al Estado acceder a él mediante la venta de servicios o
productos. En el 2008, cuando las autoridades permitieron la venta de
artículos electrodomésticos, computadoras y motos eléctricas, se desató
tal fiebre de consumo que en horas se acabaron las existencias de muchas
tiendas. Otro buen ejemplo es la venta de líneas de teléfonos celulares
que disparó el número de usuarios de 250.000 a más de un millón apenas
se eliminó la prohibición que obligaba a los nacionales a adquirir su
móvil a través de un extranjero. El pasado año los cubanos se
convirtieron en el segundo grupo de turistas del país con 800.000
personas. Entre los huéspedes de los hoteles hay más ciudadanos
residentes en la isla que emigrados.
La reforma educativa
Pocos sectores sufrieron mayor transformación que el sistema educativo,
es tal vez la reforma más profunda y radical de Raúl Castro. Es una
metamorfosis que, a largo plazo, se cree que repercutirá en todos los
aspectos de la vida de la nación. Las Universidades reducen las plazas
en un 40%, aumentan las de técnicos medios y se crean centros de
formación de obreros especializados. La medida pretende equilibrar la
existencia de 1 millón de universitarios y la carencia de mano de obra.
Además priorizarán, a todo nivel, las carreras relacionadas con las
necesidades del país y su capacidad de absorción económica. En las aulas
se aumenta el número de alumnos a 30 para garantizar la cantidad
necesaria de educadores de formación pedagógica, con lo cual intentan
superar los graves problemas provocados por los "maestros emergentes".
El intríngulis político
Los opositores continúan semiparalizados, los visitantes extranjeros los
evitan, los nuevos diplomáticos de EEUU "enfriaron" sus relaciones y en
su última movilización callejera apenas reunieron una docena de
personas. Repuntaron a inicios del 2011 por la muerte de un preso en
huelga de hambre pero el gobierno manejó con habilidad la crisis, en un
giro inesperado liberó a todos los prisioneros políticos, el 90% de los
cuales emigró. De esa forma les arrebató su principal bandera, apoyó las
gestiones de España en Europa y selló su alianza con la Iglesia Católica
que avaló el gesto participando directamente en el proceso de
excarcelación de opositores. Los cuerpos de seguridad parecen hoy más
interesados en la caza de corruptos. Altos cargos fueron condenados a
prisión y crece la lista de dirigentes que esperan ser llevados a juicio
gracias a la acción de la Contraloría.
Las relaciones internacionales
La relación con EEUU se distendió en áreas de importancia para Cuba:
Washington eliminó las prohibiciones a los viajes de los
cubanoamericanos, flexibilizó las visitas de estadounidenses a la isla y
liberó el envío de remesas familiares. Permitieron que la empresa
Western Unión cambie los dólares al gobierno cubano y entregue pesos
convertibles a sus clientes. El Presidente Obama anunció además que
vetará cualquier intento del Congreso de limitar los viajes o las
remesas. Europa continúa dividida en su política hacia Cuba pero la
Posición Común tiene un ínfimo efecto, no impide que sus empresarios
inviertan, que los turistas visiten la isla, ni que existan millonarios
programas de colaboración. China y Venezuela siguen siendo estratégicas,
pero Castro teje fuertes vínculos con otras naciones de América Latina,
África y Asia, en una relación Sur-Sur que le permite vender masivamente
servicios profesionales e incluso realizar inversiones en esos países.
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