viernes, 30 de agosto de 2013

El círculo vicioso de la economía castrista visto desde un caso empresarial, HOLPLAST

El círculo vicioso de la economía castrista visto desde un caso

empresarial, HOLPLAST

[30-08-2013]

Elías Amor

Economista



(www.miscelaneasdecuba.net).- Un buen ejemplo para reflexionar sobre por

qué no funciona la economía castrista. Veamos. Se trata de la "empresa

estatal socialista" HOLPLAST que se dedica a la "producción de tubos de

polietileno de alta densidad con destino a los programas para suministro

de agua potable a los asentamientos poblacionales y desarrollo de

sistemas de riego en áreas agrícolas".

Interesante. Una "empresa estatal socialista", así la denominan,

especializada en la fabricación de bienes intermedios, es decir, sus

productos no se dirigen directamente a los mercados de consumo, sino que

se destinan a otras transformaciones productivas que pueden finalmente

ser consumidas de forma directa o integradas en otros productos o servicios.



Su mercado es nacional, y a tenor de lo que se indica en el artículo de

Granma que la analiza, posee régimen de cuasi monopolio, por cuanto sólo

existe otra empresa similar, la fábrica HIDROPLAST de La Habana. De modo

que en el diseño de la planificación estatal socialista de estas

empresas, "si una se detiene por complicaciones técnicas, la otra continúa".



Qué sorprendente. El artículo de Granma se dedica a describir con

detalle las características de esta empresa radicada en Holguín,

prestando especial atención a aspectos técnico productivos, como los

porcentajes de rechazo, la formación destinada a los trabajadores, la

organización de la producción interna en planta, los acopios de materia

prima para la fabricación y un largo etcétera de consideraciones que, en

principio, nos deberían llevar a pensar en el éxito de este tipo de

"empresa estatal socialista".



Tan sólo al final del artículo se presta atención a los problemas.

Ciertamente graves. Según se señala de forma expresa, "la amenaza que

pende sobre HOLPLAST debe llamar a capítulo a sus contrapartes para

hallar vías que eviten la acumulación de producciones terminadas. Al

país le urge "exorcizar" este mal demasiado frecuente en el entorno

económico".



Más interesante aún. ¿Llamar a las contrapartes? Curioso, porque al

parecer sólo existe una: el estado. A ver cómo se puede "exorcizar" la

falta de pedidos que produce la temida acumulación de inventarios, en un

país en el que el principal comprador de la "empresa estatal

socialista", es precisamente su dueño, el mismo estado socialista,

cuando se decide a realizar inversiones públicas que utilicen esos

productos de tubería.



De ese modo, estamos a las puertas de lo que se puede considerar uno de

los grandes fracasos de la economía castrista. Empresas que, en

principio, parecen funcionar de forma adecuada en los aspectos técnicos

y productivos, pueden tener graves problemas como consecuencia de la

falta de pedidos de quién además es su principal accionista, el estado.



Este tipo de desbarajuste entre decisiones productivas e inversiones es

un ejemplo de lo deficiente que es la planificación central socialista.

A pesar de tener todo el control de las decisiones de los agentes

económicos que operan en la economía, la burocracia es incapaz de

facilitar que los bienes intermedios salgan a su destino en los plazos

adecuados. Los efectos "linkage" (eslabonamiento) que estudian los

economistas como algo fundamental para el funcionamiento sano de las

economías, se encuentran prácticamente ausentes en la economía castrista.



Aquí ese desajuste entre decisiones de producción e inversión y consumo

no es un fenómeno nuevo. Ha existido desde que la llamada "revolución"

destruyó a comienzos de la década de los años 60 las bases de la

economía de mercado y derechos de propiedad que había venido funcionando

de manera adecuada desde los tiempos de la colonia. Y lo lamentable es

que el modelo impuesto de planificación estatal socialista, que funciona

con decisiones centralizadas y empresas monopolistas en la mayoría de

sectores, se encuentra con estos desbarajustes inconcebibles, como la

acumulación de inventarios de HOLPLAST.



Entonces, ¿qué hacer? Es evidente que se pueden tomar decisiones, tanto

en el corto como en el medio plazo.



Por ejemplo, prueben a exportar. Si el producto es de calidad y se

adapta a las necesidades de los clientes, en este caso, otras

administraciones que se lancen a inversiones en el sector de las aguas

potables, o empresas agrícolas que apuesten por el regadío, en países

vecinos, pueden ser clientes B2B para HOLPLAST.



Los mercados son globales, y hora va siendo que la economía castrista se

abra al exterior y se olvide del embargo o del bloqueo, que están

precisamente en el origen de esta incapacidad de gestión general. Que no

saben exportar. No pasa nada. Firmen acuerdos de cooperación técnica y

comercial con empresas que den salida a los productos fabricados en la

Isla, en vez de lo contrario, que es la práctica más al uso en el

régimen. Por desgracia, en los Lineamientos nada se dice sobre esta

opción. Pues eso. Exploren. Seguro que otros países apreciarán la

calidad de los productos de HOLPLAST y se generarán mercados en el

exterior que suplan el comportamiento deficiente de las inversiones

estatales en la Isla.



Una segunda opción es ayudar a los nuevos arrendatarios de tierras. Al

parecer, como se indica en el artículo, "la agricultura de Holguín no se

ha llevado la parte convenida para el Programa de Riego del municipio de

Mayarí. Deben recoger el producto, pero alegan que tienen dificultades

con el transporte". Vaya. Ahora nos encontramos ante otro de los

problemas de la economía castrista que hace algunos días tuve ocasión de

exponer: el transporte.



En una economía donde los transportes no funcionan, ni los alimentos

producidos en el campo llegan a las ciudades, ni los bienes intermedios

se pueden integrar en los finales. Y aquí tenemos otro ejemplo de la

esencia del embargo. ¿Por qué los responsables de la planificación

central no resuelven este problema? ¿No sería mejor dejar el sector de

la distribución (transporte, almacenaje y logística) en manos privadas y

competitivas? ¿Por qué los bancos no otorgan préstamos a los

arrendatarios para las inversiones?



A medio plazo, las decisiones a adoptar son bien conocidas. Cambiar el

modelo. No ha funcionado, ni funcionará. No es posible actualizar el

socialismo, porque el punto de partida es simplemente, inútil,

inservible. No es muy difícil intuir cuál debe ser el camino, porque en

definitiva es devolver a Cuba a la sociedad occidental, y adoptar un

modelo que dio grandes éxitos a la República en su primer medio siglo de

existencia, y que ahora puede nuevamente ayudar a superar su notable atraso.



Estoy convencido que si HOLPLAST y su alter ego habanero, HIDROPLAST

estuvieran dirigidas por empresarios privados, que actuaran según la

lógica de la rentabilidad y el beneficio, las condiciones de estas dos

empresas no las llevarían a padecer esos temores a la acumulación de

inventarios por los incumplimientos del sistema. Las decisiones privadas

se rigen por los precios, la competitividad y la eficiencia económica,

variables que, por desgracia, no aparecen en el cuadro de valores de la

planificación burocrática del régimen castrista. Así, que, pónganse a

trabajar.



Source: "El círculo vicioso de la economía castrista visto desde un caso

empresarial, HOLPLAST - Misceláneas de Cuba" -

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/5220747d3a682e0a6c166498

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