Última actualización Monday, 26 December 2011
Por EMILIO MORALES*
- El gobierno cubano acaba de aprobar dos decretos aduanales para
regular la entrada al país de mercancías que no son para fines
comerciales, desde televisores y teléfonos celulares hasta calzoncillos,
blummers y piedras de fosforera.
Las rergunaciones de la Aduana General se aplicarán a partir del 30 de
diciembre.
Las resoluciones 320 y 321 de la Aduana General de la República,
publicadas en la Gaceta Oficial, tienen como propósito establecer el
límite de las importaciones que podrán realizar a partir de ahora las
personas naturales que vivan o visiten el país, e imponer las cuotas
para el pago del arancel y los servicios de aduana por los productos que
entren en equipajes, paquetes o cualquier otra vía.
Ambas resoluciones fueron emitidas el 5 de diciembre y entrarán en vigor
el próximo viernes 30 de diciembre, 10 días después a su publicación.
La lista contiene prolijamente 268 artículos en 16 categorías y los
visitantes tendrán que pagar el impuesto aduanal en pesos convertibles
(CUC). Para los nacionales y extranjeros residentes en el país el pago
será en pesos cubanos (CUP), y se cobrará además por la paquetería recibida.
La imposición de las nuevas medidas estuvo precedida por una serie de
artículos en el periódico oficial Granma, a partir de la publicación del
tabloide Normas aduaneras que todo viajero debe conocer, distribuido
recientemente a la población. Los "artículos aclaratorios" especificaron
que no se trataba de nuevas normativas, sino de las ya vigentes, pero
evidentemente estaban abonando el terreno para las restricciones en camino.
Esta nueva regulación tiene múltiples lecturas. Analizando el contenido
del listado de productos mencionados pudiera interpretarse como una
forma de evitar la venta al por mayor en el mercado negro.
También sería una barrera de entrada o muro de contención para evitar
que exista una competencia de productos de alta calidad contra las
tiendas que opera el Estado cubano en el mercado interno en divisas,
obligando así a los cubanos residentes en la isla a comprar en las
tiendas de las redes minoristas controladas por el gobierno.
Al mismo tiempo, las nuevas medidas tratan de evitar que las mulas sean
el mecanismo de distribución de las materias primas para muchos de los
rubros contemplados en el listado de modalidades del cuentapropismo por
el gobierno cubano hace 14 meses.
Por otra parte, los aranceles establecidos permitirán al gobierno
recoger mucho dinero circulante, pues obtendrían grandes sumas por
concepto de pagos aduanales por las mercancías que entran al país por
vía de los familiares de cubanos que viven en el exterior. Además,
obligarían a las personas residentes en el exterior a utilizar las
agencias de envíos de paquetes en vez de las mulas, pues con muchas de
ellas tienen firmados contratos para establecer los precios por libra y
distribuirlos en el país.
Bajan los costos, aumenta la competencia
En un reciente estudio realizado por The Havana Consulting Group LLC,
que tomó como muestra los meses entre abril y octubre del 2011, se
monitorearon todas las agencias que ofrecen servicios de remesas y
paquetes hacia Cuba y que cuentan con licencia de la Ofiocina de Control
de Bienes Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro.
El objetivo era conocer los costos de envío, la rapidez de la entrega
del dinero y de las mercancías en la isla, entre otras variables de interés.
El monitoreo se realizó en diferentes ciudades del estado de la Florida,
principalmente en las ciudades de Hialeah y Miami. También se
monitorearon agencias ubicadas en estados como Nueva Jersey, California,
Minnesota, Illinois, Nevada y en algunas localidades de Puerto Rico.
El estudio reveló que de las 120 agencias autorizadas por la OFAC, 67
estaban ofreciendo el servicio de envío de paquetes. Además, se pudo
constatar que el costo de los envíos de paquetes de ropa, medicinas y
comida había bajado de manera notable en comparación con la etapa
anterior, cuando no habían entrado en vigor las disposiciones del
presidente Barack Obama para flexibilizar los viajes y remesas a la isla .
Antes de las disposiciones de Obama, en marzo del 2009, el envío de una
libra de ropa llegó a alcanzar la astronómica cifra de $15 dólares, y
las medicinas y comida, $12 dólares por libra. El estudio reveló que en
la actualidad el precio promedio ha bajado a valores entre los $4 y $5
dólares para esas mismas mercancías, lo que significa una disminución de
un 66 por ciento.
Un incremento vertiginoso
Al mismo tiempo el aumento vertiginoso de los vuelos semanales hizo que
el volumen de envíos de paquetes aumentara notablemente. La frecuencia
de los vuelos a Cuba era de 10 semanales como promedio en el 2006,
mientras que a la altura del 2011 son unos 70 semanales para un aumento
de 600 por ciento.
Al aumentar los vuelos semanales y los envíos a Cuba, indiscutiblemente
la variedad y la cantidad de la mercancía que viaja con los cubanos es
de un valor incalculable. Hoy se estima en más de $2 mil millones de
dólares. No por gusto el gobierno ha creado estas nuevas regulaciones,
que le permitirán controlar un negocio muy rentable.
La nueva situación del mercado ha desatado una guerra de precios entre
las agencias para ver quién ofrece los servicios más baratos.
La apertura al sector privado en Cuba se beneficia con el aumento de
los viajes de cubanos que viven en el exterior y la disminución de los
costos de los envíos de paquetes, ya que muchos de ellos reciben
mercancías e insumos que necesitan para ofrecer los servicios en sus
respectivos negocios, a falta de no poder tener la posibilidad de
comprarlos en el mercado local mayorista.
Las grandes necesidades del mercado emergente cubano han hecho que los
familiares residentes en el exterior constituyan la principal ayuda
inversionista, logística y financiera del sector privado en la isla.
Sin respuesta efectiva
La realidad del cuentapropismo cubano ha desencadenado un mercado de
oferta y demanda que requiere de un suministro mayorista de insumos y
materias primas, el cual permita a trabajadores privados poder comprar
todo lo que necesitan para ejercer un servicio de calidad.
Sin embargo, el Estado no acaba de dar una respuesta efectiva. Hasta
ahora el gobierno ha sido incapaz de crear ese mercado y sólo ha
autorizado la venta al mayoreo de algunos productos elementales para los
negocios de venta de comida.
Esa carencia ha generado un mercado negro que se abastece desde el
exterior a través de los envíos en especie que distribuyen las mulas y
las agencias de envío de paquetes radicadas fundamentalmente en la Florida.
El Estado debería permitir la autorización de empresas privadas para la
importación de los insumos necesarios y establecer entonces los
mecanismos de regulación que garanticen una actividad comercial ordenada
y eficiente. En otras palabras, el gobierno cubano debería dejar de
tener el monopolio del comercio mayorista, y permitir de una vez que sus
ciudadanos incursionen en la actividad comercial y compitan de tú a tú
con las empresas estatales y las firmas extranjeras radicadas en la isla.
Esa sería la mejor manera de acabar con el mercado negro y la ola de
corrupción que azota la economía del país. Algo que no se va a lograr
con restricciones aduanales.
* Economista cubano. Ex jefe de planeación estratégica de mercadotecnia
en la corporación CIMEX y autor de los libros Cuba: ¿tránsito silencioso
al capitalismo? y Marketing without Advertising, Brand Preference and
Consumer Choice in Cuba. Es presidente de Havana Consulting Group, en Miami.
Resoluciones 320 y 321 de la Aduana General de Cuba
http://cafefuerte.com/wp-content/uploads/2011/12/AduanaRegulaciones.pdf
No hay comentarios:
Publicar un comentario