Fernando Ravsberg | 2011-12-22, 9:43
"No me interesan mucho las cifras", es una frase aceptable en boca de un
poeta o de un pintor pero cuando la dice un funcionario ligado al
comercio exterior en medio de una conferencia de prensa, el asunto se
torna preocupante.
Pero este político cubano no sólo se niega a hablar de números, tampoco
menciona el nombre de los países a los que Cuba exporta servicios y nos
recomienda buscar la información en el noticiero de la TV y en la
Oficina de Estadísticas.
Nos dice que "en el 2010 mejoramos respecto al 2009, pero al hablar de
mejoramiento nosotros queremos mejorar más y más y mucho más porque a
veces los valores están mejores pero hay que crecer en valores y en
cantidades porque las cantidades mejoran los valores".
Sobre las relaciones con Japón afirma que "la venta se compra y cuando
digo que la venta se compra es de los dos, el que la compra la necesita
y el que le vende tiene que adaptarla para esos consumidores pero es más
responsable el vendedor que el comprador".
Antes de las preguntas nos había leído un montón de páginas con nombres
de productos cubanos de exportación, fundamentalmente farmacéuticos,
pero lo hizo manteniendo el secreto sobre cuánto dinero reportan o dónde
se venden.
Terminó su exposición con una elaborada metáfora: "veo a Cuba como una
colmena donde sus abejas, laboriosas y saludables, trabajan junto a su
apicultor", haciendo una sutil referencia al pueblo y al presidente,
general Raúl Castro.
Yo, que acababa de llegar de vacaciones y acudía a mi primera rueda de
prensa, me sentí en casa. Es la realidad que vivimos los periodistas en
la isla y son esas fuentes oficiales las que luego se quejan porque no
escribimos sobre "las cosas buenas de Cuba".
Aquella conferencia fue una verdadera lástima porque había mucha
información interesante que podría haberse difundido sobre la venta de
servicios cubanos en los 5 continentes, convertida ya en la principal
fuente de ingresos de la isla.
Pero a nuestros jefes de redacción no les basta un simple "vamos bien e
iremos mejor". Puede que sea cierto pero es imposible publicar
informaciones sin datos, basadas solo en la "fe" que puedan despertar
las palabras de un político.
No se trata de crucificar a este hombre porque él no es una excepción,
incluso yo diría que aun con sus limitaciones fue capaz de sentarse
frente a nosotros mientras otros nos evitan aduciendo viajes urgentes o
enfermedades sorpresivas.
Además un buen funcionario de gobierno no tiene por qué ser un buen
comunicador, aunque los hay. Pero lo cierto es que hoy Cuba es
dramáticamente estéril a la hora de aprovechar los espacios que tiene
para hacer oír su voz en el mundo.
Claro que en en el resto de los países los políticos juegan con la
ventaja de ser asistidos por gabinetes de prensa y cuentan con voceros
que sacan la cara cada vez que se espera un bofetón. Una experiencia que
funcionó bastante bien incluso aquí.
La Cancillería tuvo durante un periodo varios voceros, el primero de
ellos fue el experimentado diplomático Miguel Alfonso, quien siempre
llenaba el vacío informativo oficial, incluso para decir que "no hay
comentarios al respecto".
Pero el trabajo de Alfonso iba mas allá de las conferencias de prensa,
mantuvo una relación estrecha con los periodistas. Nos conocía muy bien
y nosotros a él, al punto de llamarnos a cualquier hora para debatir
sobre cualquier tema.
Miguel hablaba sin miedo, no temía equivocarse y repetía que los voceros
son "descartables" no sólo por sus propios errores sino también por
estrategias políticas. Siempre tuve la impresión de que le preocupaba
más su país que su cargo.
No se trata de que periodistas y vocero nos tiráramos flores, por el
contrario, nunca saltaron tantas chispas como en sus conferencias de
prensa pero era un hombre capaz de sentarse después a tomar café
cualquiera corresponsal.
Lamentablemente para nosotros la ONU lo contrató como experto y más
tarde una muerte prematura se lo llevó. Sin embargo, dejó tras de sí una
escuela, una forma de hacer las cosas que debería ser imitada para
beneficio de todos.
http://www.bbc.co.uk/blogs/mundo/cartas_desde_cuba/2011/12/vocero_o_voz-cero.html
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